miércoles, 25 de junio de 2008

Un auto que habla




Ese auto tenía un paraíso que parecía una isla y también era muy famoso.
Además de ser famoso tenía un triciclo de ositos y una esposa cariñosa llamada Crucela.
Con Crucela se conocieron en un parque.
Lo mejor de este cuento es que tuvo unos hijos y una casa con conejitos lindos.
La casa era de papel y vino una linda hormiguita, que picó la salsa del auto. La hormiguita era su amiguita pero no los conoció, con esa esposa y con esos hijos.
Este cuento termina con una linda cancioncita.

Fin



Catalina Caillabet (en ese entonces 6 años) / Agosto 2005

martes, 24 de junio de 2008

lunes, 23 de junio de 2008